A dos hermanas les roban la vivienda unos okupas, cambiando, por supuesto, la cerradura. Las pobres mujeres tardaron dos años para que la Justicia dictara sentencia a su favor y así poder recuperar la vivienda, pero los okupas recurrieron la sentencia y no abandonaron la vivienda. En cuanto los okupas abandonaron la vivienda aprovecharon para entrar cambiando la cerradura y recuperando lo que legítimamente es suyo.