La Generalitat tenía previsto presentar a Cataluña como un Estado ante el gobierno chino, con el que negoció un préstamo de hasta 11.000 millones de euros para crear el futuro banco central catalán, alegando que fue «ocupada militarmente en 1714» por las tropas francesas y españolas y que desde entonces ha mantenido su «dignidad nacional» y ha realizado esfuerzos por lograr su independencia.