El Gobierno italiano aprobó hoy un decreto sobre inmigración y seguridad que prevé un endurecimiento de las condiciones para los solicitantes de asilo y expulsiones para los inmigrantes considerados “un peligro social” o condenados en primer grado.
“En caso de peligro social o de condena en primer grado de un solicitante de asilo, será motivo suficiente para llevarlo a un centro para refugiados y comenzar con los trámites para su expulsión”, dijo el ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, en una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros