Este terrible suceso tuvo su origen en el viaje que una escuela de primaria hizo al Castillo Kröchlendorff, a 120 kilómetros de Berlín, con 38 niños. El objetivo era aprender el espíritu de equipo, pero todo resultó de manera muy diferente.
Durante el viaje, la víctima de diez años fue amenazada por sus compañeros de clase repetidas veces. Por miedo, la víctima permaneció en silencio y no contó su situación a sus profesores. Esto no evitó que sus compañeros finalmente hicieran realidad su amenaza.