Stefan Frank ha relatado en un artículo titulado “Alemania: ¿’decapitación’ de la libertad de prensa?“ un terrible suceso en dos sentidos.
Mourtala Madou, un inmigrante ilegal de 33 años de Nigeria, apuñaló a su ex novia alemana, identificada como Sandra P., y su hija de un año, Miriam, en una estación de metro de Hamburgo. El niño murió en la escena; su madre murió más tarde, en el hospital. El hijo de tres años de la mujer fue testigo de los asesinatos.
Lo peor es que ni siquiera fue un acuchillamiento sino se puede hablar literalmente de una decapitación. Las autoridades alemanas dieron orden de que la prensa no difundiera los hechos para mantener en secreto el hecho de la decapitación.