La primera condición ineludible para ganar una guerra, es ser consciente de que se está en guerra para poder combatirla. Y España no está haciendo ninguna de las dos cosas.
La guerra se lleva a cabo utilizando todos los medios al alcance de cada contendiente. Todos. Y evitando los escenarios menos ventajosos. Marruecos no podría haber planteado una guerra abiertamente militar. La victoria de España habría sido rápida y devastadora, y no sólo en el campo bélico, sobre todo, (y eso sería un desastre para Marruecos), en el plano social y político. Supondría la unificación del país, la consciencia de nación, la toma de contacto con la realidad de la sociedad española, y muy probablemente, el fin de las Comunidades Autónomas. Hubiera supuesto el retorno al estado de cosas con Marruecos anterior a la marcha verde, anterior a Sidi Ifni, mucho más históricamente justo y equilibrado que el constante chantaje miserable al que Marruecos somete a España desde su inexplicable independencia.
Sin tomar en cuenta la payasada absurda de Perejil, (Se ve que el recién coronado Mohamed creía que el gobierno de Aznar respondería como habría hecho uno del Psoe), Marruecos, en su guerra a España, evita el nivel bélico.
El talón de Aquiles de nuestro país es su sociedad débil y quebradiza. Y eso el moro del sur lo está aprovechando a sus anchas.
En ese contexto es comprensible los continuos ataques, (y continuas derrotas), que estamos sufriendo en las fronteras de Ceuta y Melilla, así como los desembarcos constantes de ilegales en las playas.
Cada ilegal que entra en España es una hemorragia para nuestro país. Son medios que se dedican a sacarlos del agua, a darles de comer, a hospedarlos.
A darles paguitas, a meterlos en cárceles cuando roban y matan.
A tener a la Guardia Civil y Policía Nacional ocupados en ellos.
A dedicar a ellos los recursos sociales que se niegan a los españoles.
Cada «refugiado» es un puñal clavado en nuestra espalda.
Cada refugiado nos debilita. Y acerca el día de la islamización definitiva de España. De la victoria de Marruecos.
Si no hacemos algo, claro.
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