España es el único país del mundo donde los que entran ilegalmente, empleando métodos terroristas e intentando asesinar a nuestros agentes, son premiados con todo tipo de atenciones y cuidados, incluida la residencia. Tampoco hoy se ha registrado un solo detenido entre los africanos ilegales que atacaron criminalmente a los guardias civiles con cal viva, hiriendo a siete de ellos. Compare el lector esta situación de impunidad con lo que le habría ocurrido a cualquier español de origen que agrediese a un miembro de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.