Eres una inútil, una incompetente, la alcaldesa de la cochambre. Si no fueras tan idiota, Ada Colau, serías la principal sospechosa de ser la autora intelectual de la masacre de Las Ramblas o cuanto menos colaboradora necesaria. Tu presencia en un acto de memoria de las víctimas es una completa indignidad, sin ti seguirían vivas. No todo es cuestión de retórica, no todo se arregla con palabrería, no todo consiste en pasarse la pelota. Hay que empezar a exigir responsabilidades.

Lo tuyo no es que fueras incapaz de poner unos miseros bolardos a la entrada de Las Ramblas, cuando ya había habido masacres como la del Paseo Marítimo de Niza o el del Mercado navideño de Berlín. No es que dejaras desprotegidas Las Ramblas cuando se te había indicado que iba a haber un atentado, con lo que hasta parece que querías allanar el camino al niñato ese acomplejado que no fue ni capaz de agradecer que se le acogiera y se gastara en él una cantidad ingente de dinero público. Es que atrapaste a la ciudad en tu estupidez y la dejaste indefensa ante el terrorismo islámico que si no hubieran sido unos taruganes de tres al cuarto te podían haber volado la Sagrada Familia o tus posaderas.
Por Enrique de Diego