Leyre González Justo, a sus 21 años, soñaba con una nueva vida en Dúrcal (Granada).
Allí, había llegado hace año y medio junto a su pareja, un marroquí –no ha trascendido su nombre–, que le sacaba 17 primaveras. Hasta que este lunes fue apuñalada y pasó a engrosar la lista de mujeres asesinadas por violencia de género, además de dejar huérfano a un niño de dos años.
Ella es la número 27 en lo que llevamos de año y la 950 desde que hay estadísticas oficiales.