El general Franco, que lleva 42 años muerto y olvidado, no es un problema. La educación concertada, demandada por casi dos millones de familias y con buenos resultados académicos, no es un problema (A Algeciras, a ver inmigrantes, en lugar de a Benicassim a escuchar a The Killers, tenía que haber ido el avión de Sánchez).
Establecer la barra libre para la eutanasia y crear una asignatura nueva para que los niños nos salgan progresistas no era una prioridad de España; ni asaltar RTVE para hacerla vasalla de PSOE y Podemos.
Tampoco había urgencia alguna en feminizar el vocabulario de la Constitución, dar más prebendas a los nacionalistas o castigar a las clases medias y a la banca con más impuestos (Al Gobierno Sánchez se le ha gripado ya el motor y eso que no lleva ni dos meses).